#3 - Poner en palabras lo que siento
Hace tiempo que no escribo sobre como me siento y todo lo que pasa en mi mente. Como todos, paso por momentos buenos y malos. Hay días en los que siento la sombra de la depresión acercándose de nuevo, y con ella, el temor de que se quede.
Cuando luchaste contra la depresión, siempre queda esa preocupación de que pueda regresar. Creo que lo importante es saber distinguir si se trata simplemente de un mal momento o si, con el correr de los días, esa sensación persiste, y sentís que no podés seguir con tu vida.
Estar bien es un esfuerzo constante. En los momentos difíciles, trato de recordar que hay quienes están enfrentando situaciones aún más duras. Pienso en aquellos que carecen de lo básico para subsistir, que no tienen un techo sobre sus cabezas o que enfrentan graves problemas de salud. Siempre hay alguien que está pasando circunstancias más difíciles que las mías.
Sin embargo, pensar en eso no siempre alivia el dolor ni la sensación de que las cosas no van como desearía, o como creo merecer.
¿Por qué tiene que ser tan difícil?
A veces me pregunto si algún día alcanzaré la plenitud y la felicidad que deseo, si podré sentirme completamente satisfecha con lo que he logrado. Aunque si me pongo a pensar si logré muchas cosas, pero costarón, no siempre fue fácil.
Tuve y tengo muchas oportunidades en la vida y siempre las aproveche, incluso cuando el dolor me sobrepasaba. Creo que ahí está el secreto: seguir adelante, a pesar de todo.
Todo pasa, es doloroso, pero también pasajero. Hay que experimentarlo, recorrerlo, pero al final, pasa. Aunque a veces tenga mis momentos de recaída, nunca llegan a ser tan malos como la primera vez. Si lograste salir una vez, podes hacerlo de nuevo.
Escribo esto mientras tomo unos mates, un domingo a las 4:31 de la madrugada, reflexionando sobre cómo solía pasar estas horas en el boliche, consumiendo alcohol.
Me gustaría conocer las experiencias de quienes me leen, cómo enfrentan el dolor y si, en verdad, creen que en algún momento las cosas buenas llegarán.
Espero que llegue el día en que pueda escribir desde la plenitud de haber alcanzado todo lo que me propuse, y sostener firmemente la idea de que las cosas buenas llegan a quienes saben esperar.